Y respetarla es muy sencillo, de verdad, todo el truco está en que el respaldo de la cámara esté perfectamente vertical. Si no ves la parte de arriba, no hay que inclinar la cámara, sino subirla pero dejando siempre el respaldo perfectamente vertical. Un objetivo descentrable permite subir el punto de vista sin tener que alzar la cámara con las manos o subirse al techo de un coche.
Miro el campanario y pongo la cámara con el respaldo vertical pero me pasa esto, no veo la parte alta del edificio.
Si para ver la parte alta inclino la cámara entonces me pasa esto:
Nada, una basura. Las líneas verticales fugan y se cargan toda la sensación que el edificio da la vista. Me he cargado las proporciones que el arquitecto le dió. No se sabe si las líneas son verticales o inclinadas.
Para que las cosas salgan como son hay que elevar el punto de vista. Uso un 24mm descentrable que permite subir el punto de vista sin tener que alzar la cámara. El resultado es este:
Un objetivo descentrable desplaza la imagen el factor de ampliación que tenga. En esta foto tengo un 24mm. Por tanto, por cada metro de distancia de la cámara al objeto, cada milímetro que desplazo el objetivo subo (o bajo) la escena 41,66mm (es decir 1000/24). Por ejemplo, a una distancia de 12 metros cada milímetro que desplace el objetivo me permite ver 12.000/24 mm que son 500mm, o sea, medio metro. 2 milímetros baja la torre, 1 metro, 4 milímetros de desplazamiento baja la torre 2 metros.
La cuestión es: la perspectiva no hay que «corregirla», lo que hay que hacer es respetarla. Es decir, no cargársela.
Tres más: