Me gusta tirar bajo. Con la cámara baja. En el suelo. Ya he publicado algunos ejemplos como la figura de pié adquiere dimensiones escultóricas al bajar la cámara. En estas fotos veo lo que sucede con los saltos.
En la primera, Elena está ejecutando un sisonne fermé, yo estoy de pié. Estamos frente al Palacio de San Telmo, en el primer día de calor veraniego de la Sevilla de 2018, aunque aún falta una semana para que entre el verano astronómico.
No está mal el salto, es de mis preferidos. Al estar yo de pié, el horizonte está, como siempre, donde esté la cámara, que queda más o menos en la cintura de la bailarina. Tampoco es para tanto el salto según se ve.
Pero si me tiro al suelo:
Ahora el horizonte queda a la altura del talón durante el salto. Ella parece estár mucho más alta que en la primera foto, aunque en realidad la altura es probablemente la misma.