La exposición es un ajuste creativo, no técnico.
Cuando apunto mi cámara a un objeto oscuro la velocidad y el diafragma que me recomienda es para que lo que he medido salga con un tono medio, no con el que tiene. Si hago caso del fotómetro lo que es oscuro sale claro y lo que es claro, oscuro. Por eso hay que cambiar el ajuste de la cámara.
La Puerta del Perdón de la catedral de Sevilla está recubierta por una chapa metálica de color negro. El fotómetro me ha dado una medición que ha aclarado los tonos de la puerta.
Si quiero que los tonos que cojo en mi foto sean los que vi, tengo que cerrar el diafragma (o aumentar la velocidad) para oscurecerlos.
Al subexponer sobre lo que me dice el fotómetro meto los tonos oscuros donde deben estar, por debajo de los tonos medios. Así el negro sale negro.